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Bienvenid@ a mi blog. Este es un rinconcito en el que me puedes ir conociendo tal y como soy. Espero que te guste.

Un saludo.

Cesar.gym@gmail.com

miércoles, 9 de octubre de 2013

Divagando a 180 PPM

20-11-13
HASTA LOS WEBS!!

A ver, antes de empezar a expectorar la bilis que me produce una congestión de rabia importante os aviso para que no os quedéis delante de la pantalla, no vaya a ser que os alcance algún gargajo.

Hasta los webs!

Sí, estoy hasta los webs de ser un paquete y arrastrar mis “no michelines” por carriles bici, asfalto, campo a través o cualquier otra superficie apta para recoger mi esfuerzo en gotitas de sudor y mejorar un puto segundo la marca. Tanto levantarse a las siete de la mañana, cargarse la mochila y largarse a hacer largos en la piscina, peleándome con el agua y tragando cloro y esquivando vacaburras que montadas en su escuálido y sufrido churro se limitan a ponerse en remojo como si se tratara de un garbanzo del tamaño de una sandía y, mientras se regodean imaginando el manjar del que van a dar cuenta en un rato, se entretienen en originar sunamis con cada grácil brazada de esos brazos que parecen tentáculos de octopus con la increíble embergadura que les permite rozar ambas corcheras, por si no me costara ya bastante mantener la dignidad a flote.

Que me sumerjan en formol y me exhiban en una vitrina, si es que aún queda algo digno de ser exhibido porque miro atrás y me pregunto: ¿dónde coño está lo que yo era? ¿esto es todo lo que puedo ser?

Hasta los webs de tener excusas que justifiquen la mediocridad de mi rendimiento. Que si la rodilla, que si el psoas, el siempre inoportuno resfriado. Razones varias que explican la falta de continuidad en el entrenamiento y, por ende, la ausencia de resultados dignos. El final, siempre es el mismo: que una señora que lleva corriendo desde que terminó la segunda guerra mundial, me dé un repaso en cualquier carrera popular de tres al cuarto, que ya ni eso respetan. Por favor, señora, déjese ganar!! Que me hunden en la miseria!

Hasta los webs de andar dando pedales como si fuera gilipollas, consiguiendo a duras penas alcanzar una velocidad media decente y que, de repente, tomes una curva y una ventolera de 10 ó 15 kilometrillos por hora me parezca una versión puñetera de un huracán que me frena a pesar de que me dejo la vida en cada golpe de pedal amenazando no con pararme, sino con hacerme ir hacia atrás sin importar la intensidad de mi pedaleo. Y, para más inri, que el dichoso viento se detenga cuando llega el momento de que sople a favor de la marcha.

Al igual que en el agua, en la carretera, los infortunios no se limitan a los agentes atmosféricos. Cuando consigues mantener un ritmo que pueda lamer loas heridas de mi maltrecha dignidad, aparece el típico grupito de “abuelos barriguitas” que, hasta los ojos de carajillos y con la mochila llena con el bocata de turno, te pasan sin apenas dar pedales, incapaces de acercar sus rodillas a menos de medio metro de distancia entre ellas porque el “airbag” natural que llevan se lo impide, te pasan sin esfuerzo aparente mientras te saludan orgullosos “bon día” y tu te peleas con el flato para poder responder de forma mínimamente inteligible.

Dicho esto hoy, para no ser menos que otros días, he nadado 2000 metros y corrido casi 14 kilómetros. No me ha dado tiempo a más. Ritmo paquete. La semana que viene más.